viernes, 4 de julio de 2008

Esperando al cuatro de julio

Estados Unidos es un mundo en sí mismo. A ratos es todo el mundo. Se me antoja el mejor lugar sobre a tierra… si uno se ha formado un criterio previamente en otro lugar. Atravesar la adolescencia ―extiéndase este periodo cuanto proceda― en este país debe de ser un absoluto infierno. Los institutos y universidades son auténticas industrias de adocenamiento. Y no por los profesores ni por el sistema educativo. Por los propios jóvenes / estudiantes. La cultura de consumo no es que haya prendido en ellos. Es que ellos son la cultura de consumo. No parece casual que los mejores ejemplos ―en el pensamiento y el arte― de actitud crítica y trabajo de calidad sobrepasen con creces los cuarenta. Hay gloriosas excepciones, supongo. El caso es que, en estos momentos, no me viene ningún nombre a la cabeza.

Pero tienen la música. No sé durante cuánto tiempo pero la tienen. Creo que la tienen a pesar de sí mismos. También eso puede cambiar, claro. Mientras tanto, vengo de ver un emocionante concierto a cargo de The Burns Sisters.

Azar es el nombre que los mortales dan a un destino que ignoran.

No hay comentarios: