domingo, 22 de febrero de 2009

Contra Félix de Azúa

Que Félix de Azúa es grande es algo que creo que sabe todo hombre de bien en este país. Si hay alguien que no lo sepa, y se considera hombre de bien y, por casualidad (no puede ser por otra cosa), llega a este blog, le puedo ahorrar unas líneas diciéndole que tiene cosas mejores y más urgente que leer que lo que sigue.

Félix de Azúa tiene además una forma sutil de ejercer su talento. Sabe practicar la ironía con una elegancia por la que de desplaza en absoluto silencio. Es una elegancia asesina -en términos literarios, claro- que lo convierten en lo más parecido a un ninja que hay en las letras españolas de hoy.
El último ejemplo ha sido la entrada de su blog -imprescindible http://www.elboomeran.com/blog/1/blog-de-felix-de-azua/- en el que empieza haciendo una reflexión sobre la obra de Bacon en clave de viaje turístico familiar a la costa mediterránea con casuística diarreica de por medio y termina descubriendo un artículo inédito de Carmen B. Palomares sobre la sexualidad de Velázquez.

Todo ello sazonado con alguna que otra reflexión sobre cierto tipo de crítica que ha vuelto a encontrar en el concepto de "obra en el tiempo" (o zeitgeist, si es que aspira usted a publicar un artículo al respecto) el Santo Grial de la reflexión estética. Ahí está sino el último número de la versión española -que no edición española- del Cahiers du cinema.

Lo dicho, Felix de Azúa, Bacon, Velázquez, Carmen B. Palomares... pasen y vean.

domingo, 25 de enero de 2009

Revolutionary Road


No hay demasiada violencia. No al menos de ésa que hace reír a los niñatos en las salas. Ni ese humor ácido santo y seña del cine de los últimos veinte años. No hay drogas. Tampoco estamos ante un montaje que desafíe la secuencia temporal lógica. No habrá camisetas ni muñecos.

«Revolutionary Road» a lo que más se parece es a una obra de teatro. De Arthur Miller si ustedes quieren. No hay ningún suceso extraordinario ni llamativo. Se trata solo de la vida. De hurgar en lo trágico que hay bajo lo más cotidiano. Del sentido que tenga todo esto.

Tremenda. Los últimos minutos los vi con el estómago encogido. No hay salida. Es como una peli francesa bien hecha.

9/10.

sábado, 17 de enero de 2009

Dos cosas

A menudo caigo prisionero. De frases o canciones. Durante semanas no puedo salir de alguna melodía, camino por la calle, me doy la vuelta y ahí está esa frase, persiguiéndome burlona.

No sé si seguirá la muestra de García Alix en el Reina Sofía. Resulta muy recomendable, no vayan con la familia, eso sí. Brillante y perturbadora. Gracias a ella llegué a una frase, ahí va:

«La tragedia de la vida no es que las cosas hermosas mueran,
sino que se envilezcan.» Raymond Chandler.

Y la canción ―gloriosa― es «Perlas ensangrentadas».

La mezcla perfecta.