lunes, 13 de octubre de 2008

Soberbia de alfombra

Juan Manuel de Prada adopta una pose que, a todas luces, le viene grande. Un examen frenológico concluiría que la forma en que encaja el mentón al terminar de hablar, unida a la insolencia que despide desde el otro lado de esas gafas, corresponden sin duda a una psique desviada. Sus opiniones políticas son tan viscosas como su amontonada presencia y, cuando desciende a esa arena, los argumentos que esgrime lindan lo bufo.

Pero el caso es que me parece que escribe bien. De momento solo me he acercado a alguna que otra de sus reseñas literarias. No suelo, además, estar de acuerdo con el fondo de las mismas. Pero, insisto, me parece muy competente en el manejo del verbo castellano. La precaución y el escrúpulo me impiden transitar sus novelas. Les pido ayuda y consejo desde este espacio siempre insólito.

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